Las Marías de los Hondones
Allá en Los Hondones, Ciénaga de Zapata, donde los suelos son rocosos y pobres para cultivar; hay una finca en la que los ciruelos florecen y las guayabas son dulces y abundantes. Lo mismo con los limones, las plantas medicinales y los cultivos de las casas de tapado.
“Siéntase como en familia, esta es su casa” invita un cartel a la entrada y también lo dice un café de bienvenida.
Llegamos a El Patio de María, allí esperaban tres mujeres vestidas con jeans, tenis y camisa –aquí se trabaja, de eso no hay duda. Eran precisamente María y sus hijas Marbelis y Magalis. Ellas tres han sacado adelante su pequeña parcela, con dedicación… porque aunque el Proyecto de Transformación Comunitaria de la Ciénaga de Zapata ayuda e instruye, las “trabas”, precios y escasez generalizada llegan a cada rincón del archipiélago, como si trabajar la agricultura ya no fuera una tarea difícil de por sí.
“Nosotras mismas hacemos la tierra: vamos a la ciénaga y traemos turba, materia orgánica, hacemos compost y usamos mucho el aserrín”, comenta Marbelis. “También elaboramos nuestro propio fertilizante orgánico, como nos enseñaron en los talleres del Proyecto”.
Han incursionado en el turismo, prestan servicios de gastronomía y tienen un sendero en su patio, donde explican su trabajo y exponen sus plantas medicinales y ornamentales. Se preparan en técnicas de servicios y acciones sostenibles porque su objetivo, como bien dicen, es ser cada día más rentables. Así generan empleos en la comunidad y pueden comercializar sus productos.
¡Ah! Y si queda alguna duda de su estirpe cenaguera, cocinan al carbón, que hacen ellas. Si conoces lo que es hacer el material combustible a la manera tradicional y el trabajo y peligros que conlleva, no hay nada más que decir de las Marías de Los Hondones.
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