Cosas rotas y cosas de mujeres: El arte de las gemelas Reyna

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Fonoma Blog
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9 min readApr 25, 2024

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Greta y Gabriela Reyna, artistas cubanas. Foto: Abel Carmenate/ Fonoma.
  • Capítulo #15 de la serie Fonoma Talks

Nacidas en La Habana, las gemelas Greta y Gabriela Reyna López tuvieron sus primeros acercamientos al mundo del arte durante su infancia. Un abuelo arquitecto, una abuela diseñadora de interiores y unos padres muy creativos, según cuentan, no las dejaron escapar de ser artistas.

De niñas, cursaron varios talleres, incluso gimnasia; pero reconocen que, por la timidez de aquellos años, donde se sentían más cómodas era frente a las artes visuales. Luego, en la adolescencia, casi al final de la enseñanza secundaria, ninguna sabía qué quería estudiar: “creo que inconscientemente decidimos prepararnos para entrar en San Alejandro, pues al final el arte es muy abierto y ya que no teníamos idea, pues podíamos ahí hacer cualquier otra cosa”, cuenta Greta Reyna.

A Greta, le inspira la ciudad de La Habana, sobre todo las tiendas comisionistas. Su lugar favorito es la casa de la infancia, en Lawton. Mientras, a Gabriela le inspiran las mujeres y la ropa, las telas, “las cosas de costura”. El monumento de Julio Antonio Mella, situado frente a la Universidad de La Habana, es su sitio preferido de la ciudad, porque fue diseñado por su abuelo. Durante toda la conversación, se explican una a la otra, intervienen y complementan sus respuestas, como si hubiera un impulso a terminar la otra frase.

La génesis en el arte

Al ser gemelas en el mundo del arte suelen confundir sus obras. Foto: Abel Carmenate/ Fonoma.

¿Qué ha significado para su desarrollo como artistas su condición de gemelas?

Greta: Creo que la condición de gemelas dentro del medio del arte, y sobre todo dentro del medio cubano que es donde más nos desarrollamos, ha sido muy divertido y al mismo tiempo es una situación que se vuelve ambigua porque muchas veces las personas no saben si yo soy la que trabajo con objetos rotos o es ella.

Gabriela: O al revés. “¿Es ella la que hace los vestidos?” Es muy divertido y llama mucho la atención. “¡Ay, son artistas las dos!”

¿Qué artistas consideran como referentes?

Greta: En mi caso, nunca puedo dejar de mencionar a Amelia Peláez y los artistas de la pintura geométrica abstracta cubana, Pedro de Oraá y “Los Concretos”. Y en el caso de los internacionales, hay una pintora que se llama Hilma af Klint que es un muy buen referente para mi pintura. También me llama mucho la atención todo este grupo mexicano ligado a Kurimanzutto y a las galerías como OMR, artistas como Abraham Cruzvillegas o Gabriel Rico, y todo lo que tiene que ver con la instalación y el enviroment en el espacio.

Gabriela: En mi caso, por supuesto que Ana Mendieta es como el eslabón número uno, debido al performance y a todo lo que representa ella; Lygia Clark, que fue una artista brasileña muy importante; Marina Abramović, por supuesto está presente; Sánchez-Kane, una artista mexicana que trabaja mucho con la indumentaria y creo que sí la tengo muy fuerte de referente. Pudiera decir muchas mujeres, sobre todo porque de ahí va mi tema.

Tomaron rumbos diferentes durante sus estudios en San Alejandro. Foto: Abel Carmenate/ Fonoma.

¿Cuál ha sido la obra con más retos?

Gabriela: La que hice en París, por la BECA “Espuela de Plata”, por la Fundación Mariano Rodríguez. Fue un performance que implicaba un reto muy grande nivel mental y físico porque cargaba con el peso de un vestido lleno de relojes. Ya había hecho otro performance fuera de Cuba, en Argentina, pero esta era mi primera vez en Europa, en un contexto tan marcado para el arte y sí, representó un reto muy fuerte.

Greta: La obra que se expuso en enero en la galería que está en 7ma y 18. Fue un reto básicamente porque es la primera vez que me enfrento ya abiertamente al espacio, a intervenirlo y esa pieza específicamente pretende mucho perder las jerarquías entre el objeto, la pintura y el mural. Entonces creo que ha sido bastante fuerte en ese sentido.

Gabriela en la inauguración de “Évame” en el Centro Hispanoamericano de Cultura. Foto: Sabana Studio.

Gabriela, ¿por qué escogiste la performance?

Cuando comienzas en San Alejandro, el primer año es general. A partir de segundo año, tú decides la especialidad. Nosotras éramos, somos, siempre hemos sido muy unidas; y sentíamos que teníamos que desligarnos un poco. Entonces, cada una escogió especialidades diferentes. Yo escogí escultura, también porque me llamaba mucho la atención la tridimensionalidad y lo espacial. Entonces, en tercer año, hubo un ejercicio de performance. Ahí comenzó, con el profesor y artista Rolando Vázquez y desde el inicio fue un reto.

Para mí, hoy por hoy, sigue siendo un reto porque increíblemente tengo miedo escénico. Es un punto muy importante y muy claro en mi trabajo, ya no me puedo desligar de la idea de mi cuerpo a la hora de plantear una idea que me viene a la mente. Ya después yo decido cómo voy a ejecutar o las acciones que voy a hacer, pero a grandes rasgos así empezó.

Greta en la inauguración de la expo “Évame”. Foto: Sabana Studio.

Greta, en tu caso, ¿cómo nace ese interés por las cosas rotas?

En la especialidad, yo estudié grabado básicamente por lo que explicaba mi hermana, éramos muy dependientes y necesitábamos independizarnos. Creo que también otra cosa que fue muy motivadora era que íbamos a estudiar especialidades diferentes, pero las íbamos a conocer porque convivíamos todo el tiempo juntas. Entonces, yo conocía de escultura y ella de grabado. No he desarrollado grabado más, pero una de las cosas que sí se me quedó muy fijo es la huella múltiple: esa sensación de un patrón que se repite.

Lo que sucede en mi obra con el objeto roto es que siempre digo que nací en un país roto y que trato de capturar la belleza de lo quebrado. Esa motivación con el objeto viene desde niña, siempre tenía muchos, le quitaba los objetos, las herramientas a mi papá, las cositas en miniatura. Siempre era una sensación con el objeto y mi hermana siempre estuvo más definida desde San Alejandro. De hecho, no entendía y se lo cuestionaba porque ella quería trabajar con la mujer y yo todavía no tenía una idea.

En un ejercicio de clase que había que expandirse y salir de lo clásico, había que intervenir un objeto con una técnica de grabado y lo que hice fue intervenir un banco solamente con las gubias, extraje toda la madera y con ella reproduje la sombra. Al final estaba rompiendo un objeto. Ahí nace todo y también tiene que ver mucho con la sensación de que fue donde descubrí que mi afición era el objeto como tal.

Mujeres en el arte contemporáneo cubano

“Ser mujer artista en Cuba es difícil”. Foto: Abel Carmenate/ Fonoma.

¿Cómo valoran su camino dentro del arte cubano siendo mujeres en Cuba?

Greta: La condición de mujer en Cuba y en el medio del arte es muy compleja. Estamos un país machista y la mujer dentro del arte siempre va a tener esa sensación o esa sospecha de que se van a acercar mediante tu trabajo, quizás con otros fines o intereses que no son específicamente tu trabajo. Desde ese punto de vista nosotras como mujeres deberíamos seguirnos uniendo, imponernos y empoderarnos, porque al final es un camino difícil.

Gabriela: Pero, nosotras particularmente también nos dimos cuenta muy rápido de eso. Hemos sabido poner límites, como la distancia ante cualquier situación que se pueda generar. Hay un punto muy importante, y lo estamos viviendo mi hermana y yo ahora mismo, es que no solo somos las artistas mujeres dentro del arte cubano, sino todas las que giran entorno a la artista mujer.

Ahora mismo está muy fuerte el apoyo desde curadoras, galeristas, historiadoras del arte, que se están acercando a hacer proyectos para mujeres con mujeres, inclusive también con hombres, pero que son ellas las líderes. Eso es un apoyo en general. Al final eres artista, pero tu obra tiene que apoyarse en otras, eso es un punto importante y a nosotros nos está yendo bien en ese sentido.

Gabriela ha desarrollado el performance. Foto: Abel Carmenate/ Fonoma.

Gabriela, ¿te consideras feminista? ¿Cómo se conecta el feminismo con tu trabajo?

Sí, me considero una artista feminista, pero no una artista feminista radical. Son cosas diferentes. Creo que de alguna manera el feminismo, a grandes rasgos, se conecta con el arte, y con mi arte, como una plataforma para exponer injusticias, luchas, para ser estandarte de la voz de todas. Siempre y cuando sepamos que el arte es de élite y que es un medio más reducido que cuando es un activismo y un feminismo de grandes masas que aglomera otras cuestiones y hay también una ética por el medio y un respeto hacia situaciones bien complejas. Me parece que sí, que en mi caso específico es una manera de expresar y de defender nuestra voz como mujeres.

Greta, ¿qué es la resiliencia para ti?

La resiliencia es básicamente la metáfora del eje conceptual de toda mi obra que sería el objeto roto tal cual, factual, pero al mismo tiempo como concepto de “objetos rotos”. Entonces, en ese sentido, la resiliencia para mí es esa cualidad que tiene el ser humano de renacer y de fortalecerse a partir de heridas, de situaciones difíciles y ver cómo se maneja de una forma más positiva.

En mi vida personal soy muy resiliente. Cuando tengo una situación específica delante que desconozco o incluso que mutó, intento ver diferentes aristas y encontrar la forma de realizarla sin bloquearme. Lo afronto de otra manera. Creo que la resiliencia también te manda señales de cambio.

Greta se ha especializado en el trabajo con objetos rotos. Foto: Abel Carmenate/ Fonoma.

¿Cómo valoran el mercado del arte en Cuba?

Greta: En Cuba no hay un mercado interno, esperamos que lo haya, quizás con los movimientos de mipymes se pueda generar un interés.

Gabriela: Si bien de manera general el pueblo cubano conoce de arte, creo que se ha perdido el entender el arte contemporáneo.

Greta: Nosotras nos hemos insertado en el mercado trabajando. Hemos sido muy incesantes y muy consecuentes con trabajar todo el tiempo y trabajar no solamente en pintar, en hacer un objeto, en hacer un performance, sino también en la proyección, en las relaciones públicas que son muy importantes para el arte.

Gabriela: En las redes sociales que son plataformas que te abren al mundo también. En los inicios, Facebook, por ahí llegaron coleccionistas y galeristas a querer ver la obra de una.

Cierta intuición

Ambas confiesan que sí existe cierta conexión entre las gemelas. Foto: Abel Carmenate/ Fonoma.

Greta, en cinco años, se ve muy feliz. Su hermana Gabriela, también, junto a ella. Sueñan con una Cuba más humana, más unida, más limpia, más justa y abierta, menos ciega y más libre. De sus estados de ánimo depende la música que escuchen. Greta prefiere el cine de autor, Gabriela las películas de época. Ambas, a coro, aseguran que su pasión es el arte.

Entonces, ¿es cierto lo que dicen sobre la conexión entre gemelas?

Greta: Sí, yo creo que sí. La condición de gemelo creo que solamente lo podría sentir y explicar un gemelo.

Gabriela: Obviamente.

Greta: Pero sí creo que hay una unión muy visceral.

Gabriela: Una afinidad, sí, sí. No es lo esotérico de que está pasando algo grave y la otra lo sabe.

Ambas: Sí, pero hay cierta intuición.

Obras de la expo “Évame”. Fotos: Yamil Orlando Jiménez y Sabana Studio.

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Madre de dos. Imperfecta. Escogí criar respetuosamente para sanar heridas. A veces lo cuento en Twitter.